lunes, 31 de octubre de 2011

Cómo solucionar los problemas familiares

Serie: Cómo solucionar los problemas familiares
     Por: Guillermo Watts R.

La rivalidad y el perdón.-
La rivalidad y el perdón.-


      Las Escrituras nos ofrecen enseñanzas para cada área de nuestras vidas.   Los problemas familiares es un tema que concierne a Dios y por tanto él ofrece en su palabra la manera de cómo tratar dichos problemas.    En el libro de Génesis encontramos a una familia, de un hombre muy piadoso, pero era una familia con muchos problemas. Note lo que nos dice:             “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos,  porque lo había tenido en su vejez;  y le hizo una túnica de diversos colores.”   Génesis 37:3 

          En este pasaje  vemos reflejado en los hijos los errores de los padres. Jacob o Israel amaba a un hijo más que a los demás.  Esto es favoritismo y es la raíz de toda la rivalidad que pueda existir entre los hermanos.  Una rivalidad entre hermanos puede durar toda la vida y terminar con la enemistad y hasta con la muerte entre ellos.
Cuando un padre o una madre manifiesta favoritismo hacia uno de sus hijos por lo regular tiende a ampararse en alguna excusa: mi hijo(a) nació enfermo, mi hijo(a) es el más pequeño, es la única hembra o el único varón….y un largo etc.
Jacob o Israel tenía también su excusa, José era su hijo de la vejez.   José había nacido en la etapa de la vida donde los sentimientos humanos han llegado a su punto más sensible.
Este favoritismo desató una guerra entre los hermanos de José al punto que intentaron matar a José y terminaron vendiéndole.
El perdón.-
Gracias al Señor que aunque fue duro el sufrimiento de José (ser traicionado, vendido por sus propios hermanos), José  no quedó resentido contra sus hermanos. Después de más de 20 años sin ver a su familia, José supo perdonar a sus hermanos, quienes estuvieron dolidos todo ese tiempo por ese pecado.    Todavía después de tantos años ellos recordaban ese hecho y les remordía, hacían todo lo que hace una persona normal; pero eso pecado les molestaba. 
Ellos trabajaban, se reían; pero internamente había algo que les molestaba.  ¡Ellos necesitaban el perdón de José!    “Ahora,  pues,  no tengáis miedo;  yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.  Así los consoló,  y les habló al corazón.   Génesis 50:21
  El perdón se necesita y sólo un corazón tocado por la gracia de Dios puede dar dicho perdón.  Es más feliz el que perdona que el que guarda rencor. El resentimiento enferma el alma.    José puedo perdonar aun cuando recibió  el mayor dolor que una persona puede recibir: ser traicionado por los suyos.  Como sucedió con el Señor Jesucristo.
Conclusión.-
1.- Nosotros como padres debemos vigilar nuestros pasos porque lo que hacemos trae buenas o malas consecuencias por mucho tiempo.
2.- Muchas familias enfrentan problemas internos y llegan a extremos lamentables a causa de ofensas sin perdonar.
Hay dos personas sin paz: la conciencia culpable y el alma resentida.
3.- Los problemas familiares tienen una sola solución: confesión y perdón.
Por lo cual debemos orar que el Señor dé a unos  arrepentimiento para confesar sus faltas como padres y como hermanos y a otros dé la gracia de poder perdonar a otros las faltas que cometen contra nosotros.
Recuerda, cuando perdonamos quitamos del corazón una carga que nos impide ser felices en esta vida.
      Las Escrituras nos ofrecen enseñanzas para cada área de nuestras vidas.   Los problemas familiares es un tema que concierne a Dios y por tanto él ofrece en su palabra la manera de cómo tratar dichos problemas.    En el libro de Génesis encontramos a una familia, de un hombre muy piadoso, pero era una familia con muchos problemas. Note lo que nos dice:             “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos,  porque lo había tenido en su vejez;  y le hizo una túnica de diversos colores.”   Génesis 37:3 

          En este pasaje  vemos reflejado en los hijos los errores de los padres. Jacob o Israel amaba a un hijo más que a los demás.  Esto es favoritismo y es la raíz de toda la rivalidad que pueda existir entre los hermanos.  Una rivalidad entre hermanos puede durar toda la vida y terminar con la enemistad y hasta con la muerte entre ellos.
Cuando un padre o una madre manifiesta favoritismo hacia uno de sus hijos por lo regular tiende a ampararse en alguna excusa: mi hijo(a) nació enfermo, mi hijo(a) es el más pequeño, es la única hembra o el único varón….y un largo etc.
Jacob o Israel tenía también su excusa, José era su hijo de la vejez.   José había nacido en la etapa de la vida donde los sentimientos humanos han llegado a su punto más sensible.
Este favoritismo desató una guerra entre los hermanos de José al punto que intentaron matar a José y terminaron vendiéndole.
El perdón.-
Gracias al Señor que aunque fue duro el sufrimiento de José (ser traicionado, vendido por sus propios hermanos), José  no quedó resentido contra sus hermanos. Después de más de 20 años sin ver a su familia, José supo perdonar a sus hermanos, quienes estuvieron dolidos todo ese tiempo por ese pecado.    Todavía después de tantos años ellos recordaban ese hecho y les remordía, hacían todo lo que hace una persona normal; pero eso pecado les molestaba. 
Ellos trabajaban, se reían; pero internamente había algo que les molestaba.  ¡Ellos necesitaban el perdón de José!    “Ahora,  pues,  no tengáis miedo;  yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.  Así los consoló,  y les habló al corazón.   Génesis 50:21
  El perdón se necesita y sólo un corazón tocado por la gracia de Dios puede dar dicho perdón.  Es más feliz el que perdona que el que guarda rencor. El resentimiento enferma el alma.    José puedo perdonar aun cuando recibió  el mayor dolor que una persona puede recibir: ser traicionado por los suyos.  Como sucedió con el Señor Jesucristo.
Conclusión.-
1.- Nosotros como padres debemos vigilar nuestros pasos porque lo que hacemos trae buenas o malas consecuencias por mucho tiempo.
2.- Muchas familias enfrentan problemas internos y llegan a extremos lamentables a causa de ofensas sin perdonar.
Hay dos personas sin paz: la conciencia culpable y el alma resentida.
3.- Los problemas familiares tienen una sola solución: confesión y perdón.
Por lo cual debemos orar que el Señor dé a unos  arrepentimiento para confesar sus faltas como padres y como hermanos y a otros dé la gracia de poder perdonar a otros las faltas que cometen contra nosotros.
Recuerda, cuando perdonamos quitamos del corazón una carga que nos impide ser felices en esta vida.


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